la oracion

Qué es la oración y ejemplos en la Biblia

Como cristianos, la oración es nuestro primer canal de comunicación con Dios, directa y sin interferencia. La oración es una base fundamental para tener una vida espiritual sana, y como hijos de Dios no debemos descuidarla.

Cualquier persona puede orar. Toda persona tiene el derecho elevar una oración a Dios y pedir por algo.

Sin embargo, me gustaría ayudarte a entender con más detalle qué es la oración, y donde conseguimos ejemplos de oración en la Biblia.

Increíblemente, hoy día muchas personas no entienden bien éstos conceptos, y se confunden. Como discípulos de Cristo, debemos ser lo suficientemente humildes para aprender a orar. Los discipulos de Cristo le dijeron al Señor, “enséñanos a orar“.

Siendo judios, por supuesto que sabían cómo orar. La oración es parte de la vida rutinaria de un judio y ellos no eran la excepción. Sin embargo, ellos podían observar que Jesus oraba de una manera que ellos no comprendían, y querian aprender.

Así también nosotros, no importando cuantos años en el evangelio tengamos, debemos pedirle al Señor: por favor, enséñanos a orar.

No debemos orar como lo hace el vecino, o imitando a otra persona. Debemos orar como se supone que Dios espera que lo hagas y eso lo consigues en su Palabra.

¿Qué es la oración?

No existe un lugar en la Biblia, donde consigas el concepto o definición de la oracion, algo como, la oración es ésto o aquello. Pero lo que sí existe en la Biblia son ejemplos de oración y los efectos que ella trae a la vida de aquellos que oran.

También existen algunas reglas de lo que debemos y no debemos hacer al orar y a quién debemos dirigir nuestra oración, puedes ir a los links para leer esos artículos.

De acuerdo a la Real Academia Española, la palabra orar significa:

Dirigirse mentalmente o de palabra a una divinidad o a una persona sagrada, frecuentemente para hacerles una súplica. Pedir o rogar algo.

https://dle.rae.es/orar

La oración es, por tanto, el resultado de orar, es decir, de buscar a Dios con peticiones, súplicas, o deseos en el corazón que tengas que decirle a Él.

Al orar, puedes hacerlo de forma mental, o de forma hablada, expresando con tu boca tus deseos o pensamientos.

La necesidad de orar, se debe porque necesitamos comunicarnos con Dios y reconocer ante Él que lo necesitamos, que necesitamos su intervención. Por supuesto que Él lo sabe todo, pero eso no quiere decir que no espera que te acerques a Él, y la manera de hacerlo es por medio de la oración.

Diferencias entre orar y rezar

Aunque las palabras orar y rezar parecieran sinónimos, existen diferencias fundamentales entre las dos.

De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), rezar significa:

Dirigir a Dios o a personas santas oraciones de contenido religioso.
Recitar el oficio divino vocal u oralmente

https://dle.rae.es/rezar

En otras palabras, la oración se puede hacer mentalmente o hablado, pero el rezo, se entiende que es una oración hablada, es decir solamente oral. Sin embargo, la raíz latina de ambas son diferentes:

  • Orar: Del lat. orāre ‘hablar’, ‘pedir, rogar’.
  • Rezar: Del lat. recitāre ‘recitar’.

En otras palabras, cuando rezas, dices oraciones ya prescritas, sea que te las hayas aprendido o no. En un rezo no sales de ese cuadro, no es espontáneo, son una y otra vez las mismas palabras.

En cambio la oración es espontánea y el concepto es más abierto, porque no te limitas a decirlo con tus labios sino que puedes orar incluso desde tu mente.

En la Iglesia Católica Apostólica Romana, así como en la Iglesia Ortodoxa en sus diferentes localidades, es muy común escuchar rezos, casi de todo tipo, y casi hacia cualquier “santo”.

La diferencia entre rezar y orar, no está en el concepto sino en su naturaleza.

Cuando rezas, no necesariamente estás conciente de la oración que dices, puede que te la hayas aprendido de memoria o la leas en algún lugar. Simplemente recitas las palabras y con eso esperas resultados a tu favor.

Pero cuando oras, la condición es diferente. Hablas y expresas lo que está en tu corazón, no dices palabras aprendidas que tal vez no entiendas. Es una vivencia espiritual plena, que requiere de tu espíritu, alma y cuerpo, alineados para hablar con Dios.

La oración, no son sólo palabras, eres tú mismo teniendo un encuentro cara a cara con tu Creador, esperando que Él obre conforme a su voluntad.

¿Puedes ver la diferencia?, mientras el rezo es un asunto de repetir, esperando resultados para ti, el otro es un asunto de disponerte a tener un encuentro personal con Dios, para que Él haga su voluntad en ti. La condición es muy diferente.

Ahora bien, no existe en la Biblia, categóricamente, que uno no pueda aprenderse una oración y la pueda recitar luego. De hecho, es una técnica muy buena para enseñar a los niños a orar desde temprana edad, puesto que éstos, con el tiempo podrán entender mejor cómo usar una oración de mejor manera.

Por ejemplo, a mi me enseñaron la oración del Padre nuestro y era lo que decía regularmente hasta la edad de 6 o 7 años, que fué cuando me explicaron mejor lo que podía decir. Una oración como la del Padre nuestro, dada por nuestro Señor es adecuada, si no sabes cómo comenzar a orar, en especial para niños.

Pero lo que debes saber, es que las oraciones que consigues en la Biblia, constituyen para nosotros un modelo a seguir, no una regla para repetir. ¿Por qué?, porque esas oraciones fueron dichas en circunstancias específicas, donde las personas levantaban una oración a Dios y éstas fueron documentadas con el propósito que viéramos los resultados que dieron después, es decir la acción de cómo Dios intervino.

En otras palabras, las oraciones traen consigo respuestas.

Un rezo muy común en todo el mundo es el Padre Nuestro. Aunque es una oración Biblica, que veremos más adelante, por sólo decir sus palabras, no constituye una vivencia espiritual real si no estás consciente de lo que dice.

De hecho Jesús cuando enseño el Padre Nuestro, dió muchos otros detalles con respecto a la oración, que hoy día muy pocos las saben o no las toman en cuenta.

Recitar o rezar el Padre Nuestro ¿es malo?, no, ¿es pecado? por supuesto que no, ¿trae cambios a tu vida?, probablemente no.

Dios no espera que seas una persona que recite oraciones. Imagínate que un padre de familia, escuchara a sus hijos una y otra vez, y siendo éstos grandes, decir las mismas palabras desde que aprendieron a hablar, sin cambios, y hasta con el tono de voz de que éstas son palabras aprendidas.

¿Te parece que reaccionaría normal? o acaso no les preguntaria, hijo ¿por qué no me cuentas más?, ¿cómo te fue en el día?, ¿en qué puedo ayudarte?. Seguramente le diría: Me gustaría que me hables más acerca de ti, de aquello que te importa.

Jesús vino a revelarnos a Dios como un Padre que espera una relación con nosotros para que tengamos un tiempo de calidad, donde hablemos con Él y le digamos lo que realmente necesitamos. No con palabras aprendidas, sino con el corazón, es decir genuino, que salga de tu interior.

Ejemplos de oración en la Biblia

Existen muchos lugares en la Biblia donde hombres y mujeres de Dios levantaron sus oraciones en determinadas circunstancias. Un lugar predilecto, tanto de judios como de cristianos, es el libro de los Salmos.

David, era todo un maestro en la oración, porque no sólo escribía lo que le acontecía, sino que también expresaba en sus oraciones, que al final se convirtieron en cantos, su confianza en Dios su Salvador.

En los Salmos, puedes observar cómo David describe sus sentimientos ante Dios, sin pretender esconderlos. Cuando se sentía sólo lo expresaba, cuando tenía miedo, cuando estaba alegre y cuando estaba deprimido. David todo se lo decía a Dios, porque sabía que Él podía ayudarlo.

Pero el libro de los Salmos no es el único libro donde consigues oraciones. Se pueden ver oraciones en toda la Biblia, éstas son tan sólo unas pocas referencias:

  • En Génesis 28:20-22 , cuando Jacob hizo voto a Dios pidiendo su respaldo, o en Génesis 32:9-12 cuando le pide a Dios que lo salve de la mano de Esaú.
  • En Éxodo, cuando Moisés hablaba continuamente con Dios cara a cara.
  • En 1 Samuel 1:10-11, cuando Ana, siendo estéril, oraba con el corazón a Dios pidiendole un hijo, el cual resultó ser Samuel, juez y profeta que Dios usó.
  • En 1 Cronicas 4:9-10, cuando Jabes le pidió a Dios su bendición.
  • El libro de Lamentaciones, está lleno de clamor a Dios por el dolor que sentía el profeta Jeremías, a causa de la invación de Babilonia y su esperanza en que Dios los redimiría.
  • En Mateo 6:9-13, Lucas 11:2-4, el muy famoso Padre Nuestro dado por nuestro Señor.
  • En Juan 17, cuando Jesús oró por sus discipulos y por nosotros.
  • En Hecho 4:24-30, cuando la iglesia pedía fortaleza en las persecuciones.

Como verás, estos son algunos ejemplos de oraciones a lo largo de la Biblia. Por supuesto que no son los únicos. La Biblia está llena de testimonios de personas que clamaron a Dios en alguna situación y Dios contestó sus peticiones sobrenaturalmente.

También vemos cómo Dios le insta al pueblo de Israel a buscarle de corazón, prometiendo que Él los protegería.

si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

2 Crónicas 7:14

Así que Dios espera que le busques en oración, y Él promete estar allí, para tener oídos sólo para ti.

También se puede conseguir que Dios daba profecía y exhortación a su pueblo, por medio de los profetas, cuando éstos estaban en oración, o nuevas enseñanzas para cambiar la forma de pensar, como le sucedió al apóstol Pedro en Hechos 10.

Todo ésto, es para nosotros un ejemplo de que podemos orar en cualquier circunstancia, en cualquier lugar y a cualquier hora. Dios siempre estará allí, siempre lo encontrarás si en verdad lo buscas.

Es hora de imitar el ejemplo de éstos hombres y mujeres de Dios, comenzando a tener una vida de oración que agrade a Dios. Deja que Dios intervenga en tu vida, hazlo parte de tu día a día, y verás cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Jeremías 33:3

Si deseas seguir aprendiendo acerca de la oración, te invito a leer nuestro artículo, La importancia de la oración, para que descubras cuánto puede influir y cambiar la oración en tu vida y la de otros.

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