La oración es la herramienta más importante en la vida de todo creyente. Un creyente que no ora, es como un pez fuera del agua, se haya indefenso y eventualmente morirá. La oración es una base fundamental para tener una vida espiritual sana, y como hijos de Dios no debemos descuidarla.
La oración puede ser corta o larga, y ser de muchas maneras. No existe una manera estricta de la forma como debe hacerse una oracion.
Habiéndo ya entendido qué es la oración y algunos ejemplos en la Biblia, me gustaría ayudarte a entender qué debemos y no debemos hacer al momento de orar, así como conocer por qué es tan importante.
¿Qué se debe y no se debe hacer al orar?
La mayoría parece conocer la oración del Padre Nuestro, principalmente porque el mismo Señor Jesús la enseñó a los discípulos cuando éstos le pidieron que les enseñase a orar. Pero muy pocos cristianos modernos, incluso con muchos años en la iglesia, parecen conocer lo que el Señor dijo en torno a la oración o algunos simplemente lo pasan por alto para acomodarlo a sus costumbres.
Permíteme decirte que todo lo que Jesús dijo, debe ser de mucha importancia para nosotros, y debemos ponerle toda nuestra atención. Si por alguna razón a ti te parece que lo que dijo no es razonable, pues creo que debes recordar que su sabiduría es mucho mayor que la nuestra.
En éste punto nos vamos a detener un poco, para que entendamos muy bien lo que Jesús dijo en torno a la oración.
Lo que no debemos hacer
1. No te exhibas a ti mismo
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa”.
Mateo 6:5
Era costumbre en esa época que los que pertenecían a los fariseos, saduceos o sacerdotes, hicieran propaganda de sí mismos, como hombres de oración para que los demás los vieran y los alabaran.
Nuestra actitud al orar, no debe ser para buscar las alabanzas de las personas, ese no es el propósito de la oración. Si tus intenciones son que te vean los demás como una persona muy santa y muy espiritual, tu alabanza va a ser la que recibas de ellos, en lugar de que tú, dirijas tu alabanza a Dios.
Bien dice la Biblia:
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”.
Jeremías 9:23-24
A quienes buscan hacerse propaganda a sí mismos, como personas super santas, el Señor los llama hipócritas. No seas uno de ellos.
Dios mira tu interior, conoce tus intenciones. Así que no pretendas ser delante de Dios lo que no eres.
2. No uses vanas repeticiones
“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”.
Mateo 6:7-8
¿Tú crees que Dios, el Padre celestial, no conoce lo que le vas a decir, sino hasta ese momento?. Te equivocas. La Biblia enseña que Él todo lo sabe.
No importa cuántas palabras bonitas y complejas, sacadas de diccionario, puedas decir delante de Dios, no por eso vas a capturar su atención. A Dios lo mueve tu corazón, no tus palabras, eso es lo que a Él le interesa.
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.
1 Samuel 16:7
Tampoco las vanas repeticiones, como los rezos, capturan la atención de Dios. Puedes rezar 10 mil veces el Padre Nuestro, y ninguna de esas veces Dios volteó a poner su atención en ti, o puedes repetirle 500 veces a Dios la misma oración de siempre, y nunca recibirás una respuesta de Él.
Jesús llamó a eso palabrería, y también dijo no crean que serán oidos por Dios. Nada de eso viene del corazón, nada de eso es genuino.
Cuando te hayes a ti mismo repitiendo lo mismo una y otra vez, sólo demuestra una cosa, no tienes fe.
Qué interesante saber que Jesús asoció el repetir mucho lo mismo, con saber que nuestro Padre sabe lo que necesitamos antes de pedírselo.
Si una persona repite una y otra vez lo mismo en la oración, quiere decir que no cree que Dios se lo pueda dar a la primera, entonces quizá esa persona lo diga una segunda vez y aún una tercera porque piensa que Dios no lo escuchó.
El Padre se interesa más en ti y en tu situación, más de lo que incluso tú estás interesado. El que tiene fe, espera en la voluntad de Dios, porque confía plenamente en Él.
Lo que debemos hacer
1. Ten un tiempo de calidad con el Señor
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
Mateo 6:6
Es diametralmente diferente cómo Jesús presenta a una persona que en verdad quiere tener un tiempo de calidad con Dios. Esa persona no quiere interrupciones, quiere tener una conversacion en privado con el Padre, buscando su fortaleza, su amor, su voluntad en las circunstancias.
Dios busca a quienes quieren tener comunión con Él. No para ser alabado por los hombres, ni ser aplaudidos y elogiados, sino ser aprobados por Él. Jesús dice que a esas personas Dios las recompensa en público.
Es necesario aclarar aquí que no es malo orar en público. Cuando estamos en la iglesia reunidos oramos en público, cuando alguien pide oración por alguna cosa, oramos en público. Orar en público no es un pecado y no es lo que Jesús quizo decir.
El Señor siempre se refirió a la actitud del corazón. ¿A quién buscas tú en realidad?, ¿buscas que te miren los demás o que te mire Dios?.
2. Perdona
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”.
Mateo 6:14-15
Si has buscado a Dios para pedirle perdón por algún pecado que has cometido pero no eres capaz de perdonar a alguna persona que te ha hecho algún mal, entonces no vas a poder recibir y entender el perdón de Dios.
Dios espera que quienes se acerquen a Él sepan que Él los entiende y que saben que su amor es mucho más importante para sus vidas, que lo que alguien le haya podido hacer. Por eso Jesús dijo, si quieres perdón, debes dar perdón.
Verás, el perdón es más un favor para ti que para la persona que te ofendió o te hizo algún daño. Cuando perdonas, te liberas a ti mismo de esa carga de rencor que aún había allí en tu corazón. Si los demás aceptan que los perdonastes o no, eso es problema de ellos, pero tú quedas libre.
Esa misma libertad, es la que Jesús espera que disfrutes en el perdón de Dios. No quiere que te lleves la culpa contigo, quiere que sepas, que cuando Dios te perdona, lo hace al momento de tú pedirle perdón, y que ya no debes culparte más.
3. Confía que Dios te responderá
La oración es un asunto de fe, de hecho la Biblia dice:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.
Hebreos 11:6
Cuando te acercas a Dios, espera recibir una respuesta. Si entras en duda, que es lo opuesto a la fe, la Biblia dice que eso no agrada a Dios.
En Lucas 11:5-13, Jesús nos presenta 2 situaciones que vale la pena poner atención.
La primera situación, es la de alguien que llega a la casa de un amigo que llega a media noche pidiendo un favor. Sea por su desesperación o por lo inoportuno de llegar a medianoche a tocar a la puerta de la casa, al final recibe lo que pide.
El segundo son una serie de preguntas de qué clase de padre le daría cosas dañinas a sus hijos si éstos le piden algo, y al final dice, si ustedes siendo malos saben dar buenas cosas, cuánto más el Padre celestial.
Ambos ejemplos apuntan a lo mismo. Dios siempre te responde. Tarde o temprano lo va a hacer. Pero debes tomar siempre en cuenta algo, Él nunca pero nunca te va a dar algo que te dañe, siempre te va a dar lo que es mejor para ti.
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.
Santiago 1:17
Particularmente me encantan las palabras de Jesús cuando dijo:
“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Lucas 11:9-10
Dios espera que le pidas, Dios espera que le busques, Dios espera que le llames. Sus puertas nunca están cerradas para ti.
¿Qué tanto debe durar la oración?
En la Biblia no aparece cuánto tiempo una persona debe orar, pero sí dice que procures orar en todo tiempo. Tu oración a Dios puede ser de 5 minutos o durar varias horas. Puede ser varias veces al dia, y en cualquier lugar. También puede ser que busques un tiempo a solas con el Señor. Todo va a depender de ti.
No es el tiempo lo importante, sino la calidad del uso de ese tiempo. Los resultados de un cristiano de oración, se evidencian en su vida y en su persona.
Puede que dures 2 horas orando, pero si en tu vida no hay evidencias de que Dios está allí, de nada sirve. Una vida de oración tiene un poder de cambio en tu personalidad, tu estilo de vida, incluso en tu entorno. Así que una persona no debe ser juzgada por cuanto tiempo ora, sino por los frutos que da, porque éstos son el resultado de una vida de oración.
La Biblia enseña:
“Orad sin cesar”.
1 Tesalonisenses 5:17
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.
Efesios 6:18
¿Cómo puede una persona orar en todo tiempo?, ¿significa eso que debo renunciar a mi trabajo o dejar mis estudios y sólo orar?.
No. Para nosotros sería imposible orar encerrados en un cuarto las 24 horas del día y no es lo que el apóstol deseaba trasmitir. Lamentablemente muchas personas han malinterpretado éstas palabras y han tenido resultados desastrozos.
Lo que Pablo quería trasmitir es que nuestra comunicación con el Señor no debe ser de sólo un momento en el día, y luego olvidarnos de Él. Nuestra comunicación con el Señor debe ser constante, en todo momento.
Puedes estar estudiando y estar consciente del Señor, o estar trabajando, concentrado en tus tareas, y seguir en su presencia. Puedes estar de camino a un lugar y orar. Puedes comunicarte con el Señor a toda hora y las veces que quieras al día y en cualquier lugar.
En la Biblia conseguimos hombres de Dios como Daniel. Daniel, estando cautivo, buscaba a Dios tres veces al día. No dice cuanto tiempo, ni a qué horas lo hacía, pero su vida de oración mostraba los frutos en lo que hacía, al punto de ver cómo Dios lo libraba de las dificultades, fuera de toda probabilidad.
Mientras más ores, menos posibilidades hay que caigas en las tentaciones. Jesús dijo:
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
Mateo 26:41
Jesús mismo, buscaba sitios apartados y se disponía a orar y podemos ver cómo el poder de Dios se manifestaba en su vida. Pero Jesús no se la pasaba apartado siempre. Tenía responsabilidades y él las cumplía.
Así también nosotros, debemos guardar un equilibrio en las responsabilidades que tenemos, en las relaciones, la familia y la sociedad.
Con ésto, quiero decirte que puedes tener una vida de oración de calidad y cumplir con tus responsabilidades al mismo tiempo. Tu testimonio cuenta y es importante.
Así que procura no usar tu tiempo sólo dedicado para orar, sino que usa la oración como herramienta para tener una mejor familia, cónyugue, hijos, así como éxito en el trabajo y estudios.
La importancia de una vida de oración
Cuando practicamos tener una buena calidad de tiempo en oración con Dios, experimentamos en nuestra vida cambios significativos. Nadie está en la presencia de Dios y puede serguir siendo el mismo.
Cuando Moisés estaba en la presencia de Dios, pasando tiempo con Él, buscando sus instrucciones y sus leyes para el pueblo de Israel, la Biblia dice que su rostro brillaba lleno de la gloria de Dios.
“Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios”.
Éxodo 34:29
Así mismo, sucede con una persona que está con el Señor y pasa tiempo con Él. No necesariamente brilla su rostro, pero si refleja su gloria y busca agradar a Dios.
“Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen”.
2 Coríntios 3:18
Eso sólo sucede, para quienes procuramos estar en la presencia del Señor todos los días.
Un cristiano que deja de orar es blanco fácil del enemigo para hacerlo caer.
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Efesios 6:10-12
Satanás va hacer todo lo posible para que dejes de orar, porque conoce los efectos que trae después. por eso, el apóstol Pablo una y otra vez en sus cartas, nos llama a perseverar en la oración. Si quieres ver la realidad de la victoria en tu vida, debes buscar a Dios en oración.
Por otro lado, mantener una vida de oración cambia las circunstancias a tu alrededor. Para una persona que está pasando por problemas o aflicciones, el Señor les dice, oren:
“La oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto”.
Santiago 5:16-18
Ésto es tan sólo un ejemplo de lo que Dios puede hacer, cuando tus oraciones son respaldadas por su voluntad. Tus oraciones no son en vano, Dios las toma en cuenta.
“Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal”.
1 Pedro 3:12
Por último, nuestras oraciones sirven para ayudar a otros, y nos ayudan a vivir en paz y seguridad aunque el mundo no viva así. El apóstol Pablo nos dijo:
“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.
1 Timoteo 2:1-4
Podemos ser delante de Dios como sacerdotes, es decir, como intermediarios para interceder por otros, para que éstos le conozcan y lleguen al conocimiento de Dios.
En tus manos está el poder de comunicarte con el Creador de todo el universo, sin restricciones, sin necesidad de citas, sin esperas.
Te invito a que vivas esa vida de oración y de comunión con el Señor.
Si deseas continuar aprendiendo acerca de la oración, te invitamos a leer nuestro artículo acerca de la oración y la confusión a quién orar.
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