La Palabra de Dios nos enseña que debemos de correr con paciencia la carrera que tenemos por delante pero lamentablemente nadie puede andar por la vida con cargas adicionales que no les corresponde llevar y el pecado crea esa carga. ¿No te gustaría ser libre de ese peso extra que llevas?.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Hebreos 12:1
Dios nos revela en su Palabra, que Él ha creado obras perfectas de antemano, pero para poder vivir en ellas, se requiere que seamos diligentes, cuidadosos y prestos a la obediencia, para andar en las sendas justas que Dios nos ha establecido, según su perfecta voluntad.
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Proverbios 3:9-11
El pecado en el mundo
La causa fundamental por el cual el hombre padece en éste mundo es por haberse extraviado y vivir en desobediencia de Dios.
Esa clase de estilo de vida lo ciega, para que no sienta el peso de su pecado y hace que su conciencia se vuelva insensible. En otras palabras, está espiritualmente muerto.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 6:23
El hombre vive o camina a ciegas porque su interior está en tinieblas. Internamente no puede recibir y mucho menos comprender las cosas que vienen del Espíritu de Dios.
Está obligado a seguir por el mundo haciendo la voluntad del pecado, porque es un esclavo de esa vida ajena de Dios, y vive en las obras de la carne, pensando equivocadamente que puede burlar a Dios.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará,
Gálatas 6:7
Cuando una persona pretende burlar a Dios, toma la actitud de faltarle al respeto, deshonrarle, negarle o ignorar su existencia, pero sobre todo, piensa que puede vivir en el pecado sin recibir consecuencias.
Tales personas piensan que Dios no se dará cuenta de sus actos, y creen que pueden acercarse a Él, sin tener un genuino arrepentimiento.
El Señor es explícito al decirnos, que aquellos viven conforme la voluntad de mundo, no lo aman. Ellos son esclavos de sus pasiones y obedecen a sus sentidos que están cauterizados por el pecado.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:16-17
Jesús, el camino a la libertad
La Palabra de Dios nos muestra que Jesús nos vino a mostrar el camino que nos lleva, de la muerte a los apegos de placeres y deseos de este mundo, a la vida en abundancia que solo Él puede dar, y ser libres de la condenación por toda la eternidad.
Para ello, necesitamos tomar la decisión y voluntariamente morir con Cristo, para poder ser libres definitivamente del pecado, y recibir la promesa de la resurrección para vida eterna, en su segunda venida en gloria.
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
1 Tesalonicenses 4:13-14
No existe la muerte eterna para aquellos que han recibido la salvación en Cristo, porque los que han muertos con Cristo son libres del pecado y por la gracia de Dios son merecedores de la vida eterna.
Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Romanos 6:7-8
Corre con paciencia
Por último, no hay privilegio más grande, que el poder experimentar el amor de Dios, ese mismo amor que resultó tener un precio muy alto, al entregar a su propio Hijo en sacrificio por nosotros.
El Señor, no habiendo cometido pecado y no teniendo ninguna culpa, murió por nuestras culpas y pecados en la cruz del calvario, haciéndose nuestro perfecto sustituto, para poder liberarnos de la práctica del pecado y como consecuencia la condenación eterna.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 6:12-14
¡Si verdaderamente has muerto juntamente con Cristo eres libre del poder del pecado!
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Colosenses 3:1-4
Debemos permanecer firmes en el Señor, para no caer en la seducción de la carne. De ésta manera la Biblia nos enseña:
vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
2 Pedro 1:5-9
Que el Señor te de luz a tu entendimiento, para que abundes en el conocimiento de Cristo Jesús para vida eterna, y puedas correr con paciencia la carrera que tienes por delante, y te hagas merecedor del galardón que se ha prometido para los que corren legítimamente.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
1 Corintios 9:24-29
Pastor(es). Jorge y Giselle Romero